El Túnel de Oriente se convirtió en una obra que contribuye al desarrollo del Oriente antioqueño, pero en su momento fue un factor de integración y de unidad regional, cuando desde el gobierno departamental se anunció que para financiar parcialmente el proyecto, se iba a decretar una contribución de valorización en los municipios de esta región, que fue una situación compleja, sumada a las amenazas que tenía el Oriente por parte de las empresas inmobiliarias que estaban desarrollando grandes proyectos urbanísticos, con una infraestructura vial precaria.

El director ejecutivo de los Municipios Asociados del Altiplano del Oriente Antioqueño, Masora, Fabio Ríos Urrea, recuerda que “Se iba a hacer un derrame de Valorización por esa obra a todos los orientales, especialmente en los municipios del Altiplano. Dimos la discusión y ahí nació la Mesa de Movilidad del Oriente, dijimos “Si al Túnel de Oriente, No a la Valorización”, con la asociación al frente de esa campaña, rodeada de los alcaldes de entonces y los gremios”. 

Se convino con el gobierno departamental, que la valorización por el Túnel no la pagarían los propietarios nativos de la región, ni las familias de los estratos uno, dos y tres y que el proyecto iba a tener recursos de los gobiernos nacional y departamental y que se gravaría con valorización a ciertas empresas y a los propietarios de los estratos cuatro y cinco.

“Comenzamos a estudiar el tema a profundidad y se le dijo a los gobiernos nacional y departamental: bienvenido el Túnel, pero necesitamos obras complementarias, porque sin vías complementarias, de nada sirve que lleguemos de Medellín a Sajonia, atravesando el Túnel de Oriente y que el tiempo ahorrado y más, se vaya a gastar en los trancones que se formaban los fines de semana en los alrededores del Aeropuerto y en el sector de Llanogrande”, precisa Ríos Urrea.